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Fracasás en lo Nuevo Porque Dejaste de Fracasar: Carta a Mi Yo de Hace Unos Años

La mitad de tu vida tiene una encrucijada: tu mayor activo se vuelve tu peor enemigo.

Año 2020. Exposición en el Museo Malba

Querido yo de hace unos años:

Te escribo desde el futuro, no para juzgarte, sino para sacudirte. Sé que estás cómodo en tu zona de confort profesional. Sé que llegaste a los 40 con una carrera "estable". Sé que creés que ya aprendiste lo suficiente. Y ahí está exactamente el problema.

La Trampa de la Experiencia (y la Ilusión de la Jubilación)

La jubilación como la conocieron nuestros padres es una fantasía que se desvanece. Los sistemas previsionales colapsan mientras la expectativa de vida aumenta. Son el sistema ponzi más grande de la historia. La base pasiva está superando a la base activa (más viejos pasivos por aumento de expectativa de vida y menos jóvenes activos por la baja en la natalidad).

Hacé los números: ¿realmente creés que podrías vivir más de 30 años con una jubilación que apenas cubre un mes de gastos?

Mientras vos te acomodas en tu rutina profesional, el mundo acelera exponencialmente. Lo que aprendiste hace cinco años ya es obsoleto. Lo que dominas hoy será irrelevante en tres. La actualización ya no es anual, es mensual.

¿Te acordás cuando eras más joven y te lanzabas a lo desconocido sin miedo? ¿Cuándo cada proyecto nuevo era una aventura? ¿Cuándo fracasar no te definía, sino que te enseñaba?

En algún momento del camino, dejaste de ver los fracasos como lecciones y empezaste a verlos como amenazas a tu identidad profesional. Construiste una reputación, un status, una zona de confort. Y ahora, ante cualquier oportunidad de reinventarte, tu respuesta automática es:

  • "A mi edad ya no puedo cambiar de rumbo".

  • "Eso es para los jóvenes que recién empiezan".

  • "¿Y si pierdo lo que ya construí?"

Esta no es solo una actitud peligrosa, es potencialmente catastrófica en un mundo donde la única constante es el cambio acelerado.

La Cruda Matemática de tu Obsolescencia

Hagamos cuentas: si tenés más de 40, probablemente vivas hasta los 85-90 años según las estadísticas actuales. Eso significa que te quedan 45-50 años por delante. La mitad de tu vida.

¿Planeás pasarlos aferrado a conocimientos que se vuelven irrelevantes cada vez más rápido? ¿Esperando una jubilación que será insuficiente? ¿Compitiendo con IA y automatización que ya están reemplazando trabajos que creíamos intocables?

La cruda verdad es esta: no fracasaste lo suficiente en los últimos años. Te acomodaste demasiado pronto y olvidaste que el aprendizaje continuo no es opcional, es tu único seguro de vida profesional en un mundo que cambia a velocidad acelerada.

El Juego Mental que Estás Perdiendo

Mirá a tu alrededor. Los profesionales que siguen creciendo después de los 40, 50 o 60 años no son necesariamente más inteligentes que vos. Simplemente entendieron que la obsolescencia es el nuevo riesgo profesional número uno.

Lo perdés cuando aceptás que tu mejor momento profesional ya pasó. Lo ganás cuando entendés que tu experiencia no es un punto final, sino una plataforma de lanzamiento para tu próxima evolución en un mundo que no te esperará.

Para lograrlo, necesitás entender cómo funciona realmente tu mente a esta altura de tu vida.

Tu Experiencia como Filtro Limitante

Tu mente da sentido al mundo a través de historias. Y después de décadas en lo mismo, tu historia se volvió rígida, predecible.

"Soy un profesional con X años de experiencia en Y" se convirtió en una jaula dorada, no en un trampolín.

La mayoría de los profesionales de nuestra edad viven atrapados en historias que ya no les sirven, pero no son conscientes de ello. Están jugando un juego de "aguantar hasta la jubilación" mientras el suelo se desmorona bajo sus pies. O literalmente nos inundamos o incendiamos en tiempos de cambio climático acelerado. 

“Fracasás en reinventarte porque interpretás las nuevas oportunidades a través del filtro de tu experiencia pasada, no de tu supervivencia futura”

¿Cuándo vas a romper tu caparazón?

¿Sabés cómo crecen las langostas? Es una lección brutal sobre la reinvención que la naturaleza nos enseña.

A diferencia de los humanos, las langostas no crecen gradualmente. Crecen por etapas, y cada etapa comienza con un proceso doloroso e incómodo.

Cuando una langosta crece, su caparazón rígido no crece con ella. Se vuelve cada vez más apretado, incómodo, restrictivo. La langosta se siente presionada, estresada, limitada por su propia estructura protectora.

La única manera de crecer es desprenderse completamente de ese caparazón que alguna vez la protegió. Debe quedar vulnerable, expuesta, sin defensas. Durante este período, la langosta se esconde bajo las rocas, completamente indefensa ante los depredadores, mientras desarrolla un nuevo caparazón más grande.

Este ciclo se repite durante toda su vida. Crecimiento, incomodidad, vulnerabilidad, nuevo crecimiento.

En tus 40, tu identidad profesional es ese caparazón rígido. Te protegió durante años. Te dio estructura. Te definió. Pero ahora te está limitando. 

Los Nuevos Errores Son tu Único Seguro de Vida Profesional

La mayoría de los profesionales de nuestra edad intentan actualizarse consumiendo información, pero no aplicándola en nuevos contextos donde podrían fallar.

Cursos, libros, podcasts, conferencias.

No se dan cuenta de que estas cosas son mapas, no territorios.

Son guías. No verdades. Son útiles, pero solo si te animás a usarlas para aventurarte en terreno desconocido donde podrías fracasar y, por lo tanto, aprender de verdad.

Esto lleva a una conciencia crucial para profesionales experimentados: los nuevos errores son la única fuente de supervivencia profesional en un mundo que cambia exponencialmente.

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Cómo Reinventarte con Pensamiento Estratégico

Los profesionales que se estancan después de los 40 lo hacen por falta de pensamiento estratégico sobre su propia evolución.

Los que siguen creciendo, por otro lado, son altamente estratégicos sobre su propio desarrollo.

No dejan que su identidad profesional se solidifique. Rechazan el camino predeterminado de "mantener el status quo hasta la jubilación". Eligen conscientemente nuevos juegos que quieren jugar, tanto para su vida ideal como para mantenerse relevantes.

Para reinventarte después de décadas haciendo lo mismo, necesitás una estrategia basada en estos 7 principios:

1. Intención Estratégica

Olvídate del reloj, necesitas una brújula. Una nueva dirección. Un objetivo que desafíe tu identidad actual.

Primero, sé crudamente honesto: ¿realmente creés que tu trabajo actual existirá en 10 años? ¿Qué tus habilidades actuales serán valoradas? ¿Qué tu jubilación te alcanzará para vivir más de  30 años?

Segundo, permitite soñar nuevamente, pero con urgencia estratégica. No es un lujo, es supervivencia. ¿Qué habilidades emergentes podrías dominar? ¿Qué problemas nuevos podrías resolver combinando tu experiencia con tecnologías actuales?

Elegí un nuevo juego que no solo te entusiasme, sino que tenga futuro en un mundo virtual que cambia exponencialmente. Pero también muy consciente de un mundo físico que se deteriora aceleradamente. 

2. Autoanálisis Honesto

Tu experiencia es un arma de doble filo. Necesitás ser consciente de cómo te ayuda y cómo te limita:

  • Fortalezas – ¿Qué habilidades perfeccionaste que son transferibles a nuevos contextos? ¿Qué sabiduría acumulaste que los jóvenes no tienen?

  • Debilidades – ¿Qué tecnologías emergentes ignoraste? ¿Qué habilidades del futuro te faltan?

  • Oportunidades – ¿Qué problemas actuales podrías resolver combinando tu experiencia con nuevas habilidades?

  • Amenazas – ¿Qué partes de tu trabajo actual podrían ser automatizadas? ¿Qué industrias están en declive? ¿Cuánto depende tu plan de vida de una jubilación que no existirá como la imaginabas?

3. Preparación para el Renacimiento

¿Cómo te desprendés de décadas de identidad profesional para crear una nueva versión de vos mismo? 

  • Exponiéndote deliberadamente a entornos donde sos un principiante otra vez.

  • Cambiás los libros que leés, los podcasts que escuchás, las conferencias a las que asistís. Buscás mentores más jóvenes que puedan enseñarte sin el filtro de "así se hacían las cosas".

  • Te rodeás de personas que están en constante evolución, no de aquellas que refuerzan la idea de que "a nuestra edad ya solo queda esperar la jubilación".

4. Proyecto de Renacimiento

La única forma de concretar tu reinvención es construir algo nuevo, algo donde puedas fracasar productivamente:

  • Identificá 3-5 proyectos que te obliguen a aprender habilidades emergentes pero que aprovechen tu experiencia.

  • Elegí uno que puedas iniciar como "experimento", sin la presión de que defina tu nueva identidad profesional.

  • Definí pequeños pasos diarios que puedas dar, incluso mientras mantenés tu trabajo actual.

Podría ser un newsletter, un podcast, un curso, un proyecto de consultoría en un área adyacente a tu experiencia, o incluso un emprendimiento paralelo que pueda convertirse en tu plan B (o A) cuando tu rubro o profesión actual se transforme. 

Desarrollar tu marca personal con una newsletter semanal es un gran proyecto. 

5. Rutina de Renacimiento

Necesitás crear espacio en tu vida para tu reinvención.

  • Dedicá 1-2 horas cada mañana (antes de que el día te consuma) o cada noche a tu proyecto de renacimiento.

  • Protegé ferozmente este tiempo como si fuera una reunión con el cliente más importante de tu trabajo. 

  • Celebrá los pequeños avances y, más importante aún, celebrá los fracasos productivos que te demuestran que estás saliendo de tu zona de confort.

6. Adaptabilidad Renovada

A nuestra edad, la rigidez es el enemigo número uno. La adaptabilidad es tu nueva ventaja competitiva.

"No sobrevive el más fuerte, sino el que mejor se adapta" (Darwin)

Cuando algo no funcione en tu proceso de reinvención, resistí la tentación de volver a lo conocido. En lugar de eso, pivoteá, ajustá, experimentá.

Recordá que los jóvenes no tienen el monopolio de la adaptabilidad. Tu ventaja es que podés combinar décadas de experiencia con la mentalidad fresca de un principiante. 

Por eso los que corren un triatlón Ironman generalmente son personas “grandes” (el promedio es de 43 años). 

7. Sabiduría Cíclica

Si hay algo que deberías haber aprendido a nuestra edad es que todo es cíclico. Las carreras, las industrias, las tecnologías, el ambiente, todo sube y baja.

Entendé que tu reinvención no es un evento único, sino un proceso continuo. Que habrá momentos de avance rápido y momentos de estancamiento. Que el fracaso no es el final, sino parte del ciclo. 

Como las estaciones del año, tu reinvención tendrá inviernos donde parece que nada crece, y primaveras donde todo florece de repente. No sucede nada hasta que todo sucede. 

"Lo único permanente es el cambio. Lo único sostenible es tu singularidad."

La Pre-Mortem (antes de la muerte) de tu Reinvención (y de tu Jubilación)

Antes de embarcarte en este viaje de reinvención, hacé un ejercicio crucial: imaginá dos escenarios.

Escenario 1: Dentro de un año, tu intento de reinventarte ha fracasado completamente. ¿Qué pasó? ¿Qué excusas te diste? ¿Qué obstáculos no previste?

Escenario 2: Es el año 2045. Tenés más de 65 años. La jubilación que esperabas no existe o es insuficiente. Las habilidades que dominabas son obsoletas. La IA y la automatización transformaron tu rubro de especialización. Y con suerte el mundo seguirá girando en esta multi crisis sistémica ¿Qué desearías haber hecho hoy?

Algunos ejemplos típicos para profesionales de nuestra edad:

  • "No tuve tiempo" (traducción: no lo prioricé, aunque mi futuro dependía de ello). Nota: vas a tener menos tiempo y una montaña de remordimientos.  

  • "Era demasiado complicado" (traducción: no me permití ser principiante cuando aún tenía tiempo). Nota: el mundo es intrínsecamente complejo (peor que complicado).

  • "No era el momento adecuado" (traducción: esperé un momento que nunca llegó). Nota: nunca hay momentos adecuados. 

  • "Confié en que el sistema me cuidaría" (traducción: delegué mi futuro a instituciones que ya estaban colapsando). Nota: no le importas a ningún tipo de sistema. 

Identificá estas posibles causas de fracaso y creá estrategias preventivas para cada una. Así, cuando aparezcan los obstáculos (te aseguro que aparecerán), estarás preparado.

Querido yo de hace unos años: nunca es tarde para volver a ser principiante en algo. Nunca es tarde para fracasar productivamente. Nunca es tarde para reinventarte. Como ya asimilaste: no hay edad, hay vida. 

Pero el tiempo no es infinito, y el mundo en deterioro no espera. 

Tu experiencia es valiosa, pero solo si la usás como plataforma para saltar hacia lo nuevo, no como ancla que te mantiene en el pasado.

Como descubrí en mi propio camino: si no estás incómodo a nuestra edad, no estás preparándote para sobrevivir. Y si no estás evolucionando constantemente, tu obsolescencia está programada.

La pregunta no es si podés reinventarte después de los 40. La pregunta es: ¿te atreverás a fracasar lo suficiente ahora, cuando aún tenés tiempo y energía, o vas a esperar a que la realidad te obligue a hacerlo cuando ya sea demasiado tarde?

Tu yo futuro (que ya dio el salto).

Gracias por acompañarme.

Micu (semana 2476 de mi vida, contando cada una como única e irrepetible). Viviendo cada semana como si fuera la más importante. 

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