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390 Minutos, 3 Disciplinas, 1 Ecuación Que No Perdona: El Principio de Ritmo En Tiempo Real
La semana previa al medio Ironman me enseñó a soltar el control. El día de la carrera me enseñará si confiar en el ritmo fue suficiente.

Un desafío, un sueño, para buscar tu mejor versión. Marzo 2025.
 Sólo 3 X.
Bajo volumen.
Baja intensidad. 
Faltan 3 días para el medio Ironman.
Y por primera vez en casi un año, esta semana no entrené duro.
 No porque esté lesionado.
No porque me rendí.
No porque perdí la motivación. 
Porque mi plan dice: "Semana de tapering. Descanso activo. Nada más."
 Mi cuerpo entiende.
Mi mente en pánico. 
Lunes 27 de octubre.
 Hice 1200 metros de natación.
Casi una entrada en calor. 
 Marco la X del día pero se siente raro.
Casi como trampa.
Como si estuviera rompiendo un pacto sagrado con mi yo superior. 
Enero-octubre:
Inhalación profunda.
Una X tras otra formando esa cadena irrompible.
Acumulación. Volumen. Intensidad. 
Esta semana:
Exhalación final.
Soltar. Confiar.
Menos es más. 
Antes:
9 horas semanales.
Natación a las 7 AM.
Bici de 3 horas.
Running de fondo. 
Ahora:
4 horas.
Movilidad. Técnica. Descanso.
Espera. 
 Mi cuerpo como que levita, descansado, listo.
Mi mente quiere más. 
"Una sesión extra no hace daño."
"¿Y si pierdo la forma?"
"¿Y si 7 días de descanso borran 11 meses de trabajo?"
El Principio de Ritmo No Es Opcional: Es La Ley Del Universo
Esto es lo que los antiguos herméticos llamaban el Principio de Ritmo:
"Todo fluye y refluye; todo tiene sus períodos de avance y retroceso; todo asciende y desciende; todo se mueve como un péndulo."
 Suena poético.
Abstracto.
Filosófico. 
Pero no lo es.
Es lo más inevitable que existe:
No podés inhalar para siempre.
No podés exhalar para siempre.
El ritmo es la ley.
 Las mareas suben y bajan.
Las estaciones cambian sin pedir permiso.
Tu corazón late: sístole, diástole, pausa.
La luna crece y mengua.
El día se convierte en noche. 
Y también en tu entrenamiento:
 → Volumen alto → Taper → Carrera → Recuperación → Nuevo ciclo
→ Esfuerzo → Descanso → Adaptación
→ Acumulación → Soltar → Manifestación 
 El universo no negocia con el ritmo.
Vos tampoco podés. 
 Cada X roja fue una inhalación.
Cada D (descanso) es una exhalación. 
Y el domingo que viene, en la línea de largada, va a ser la pausa perfecta entre ciclos.
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La Mente Que Quiere Controlar vs. El Cuerpo Que Ya Sabe
 La batalla real no es física.
Es mental. 
Cada mañana de esta semana hay dos versiones de mí peleando:
Mi yo ansioso quiere entrenar más:
"Una sesión larga de bici no va a arruinar nada."
Mi yo sabio quiere confiar en el proceso:
335 causas ya generaron su efecto. 
 El descanso no es el enemigo del rendimiento.
Es parte del rendimiento.
 La adaptación no ocurre durante el esfuerzo.
Ocurre durante la recuperación.
11 meses de trabajo no se borran en 7 días de tapering.
El tapering es solo el campo de batalla donde decido si confío o controlo.
Y cada vez que elijo descansar, fortalezco la confianza.
 Cada D es una victoria de la fe sobre el miedo.
Cada día que no entreno duro es una prueba de que entendí el ritmo. 
Supercompensación: La Ciencia Detrás de Soltar El Control
Hay un concepto en fisiología deportiva llamado supercompensación:
 Tu cuerpo no se fortalece durante el entrenamiento.
Se fortalece durante el descanso que viene después del estímulo. 
El entrenamiento rompe.
El descanso repara.
Y en esa reparación, te volvés más fuerte.
Cada vez que marco una D, no solo estoy descansando.
Estoy permitiendo que mi cuerpo complete el ciclo:
 ✓ Absorber 11 meses de estímulo acumulado.
✓ Reparar microlesiones en tejido muscular profundo.
✓ Llenar reservas de glucógeno al máximo.
✓ Optimizar el sistema nervioso para el día de la carrera.
✓ Convertir fatiga crónica en frescura explosiva. 
La persona que empezó a entrenar en enero ya no existe.
 Esa persona necesitaba probar su disciplina cada día.
Esa persona medía su valor por la cantidad de X rojas. 
La persona que soy ahora en octubre confía en el ritmo.
 No porque sea más relajado.
No porque sea menos disciplinado. 
 Porque entendí que el ritmo no se negocia.
Porque entendí que soltar también es entrenar. 
Ya es parte de mi identidad.
6 Horas 30 Minutos: La Ecuación Del Ritmo Que No Perdona
Pero la verdadera prueba del Principio de Ritmo no es esta semana.
Es el domingo.
En 6 horas y 30 minutos de decisiones.
Salgo del agua después de 1.9 km.

2 vueltas al lago de Palermo
 Relajado.
Como una entrada en calor. 
 Transición.
Me subo a la bici. 

3 “vueltitas” al Bs As querido
Y acá empieza la batalla más difícil del día.
90 kilómetros.
3 horas y 20 minutos.
27 km/h promedio.
 Esa es la velocidad de mi Zona 2-3 (rango de frecuencia cardíaca aeróbica).
Esa es la velocidad que me va a salvar en el running. 
Pero también es la velocidad que va a hacer que decenas de corredores me pasen.
Sé que puedo ir más rápido.
En entrenamientos aislados llegué a promediar 30 km/h.
 Pero nunca después de nadar 1.9 km.
Y nunca sabiendo que después tengo que correr 21 km. 
Si acelero a 30 km/h, llego 20 minutos antes a la transición.
Pero esos 20 minutos los voy a pagar con intereses en el running.
La ecuación del medio ironman no perdona:
“Cada kilómetro por hora de más en la bici = 30 segundos por kilómetro de menos en el running”
Mi plan:
 Bici: 27 km/h.
Running: 6 min/km. 
Ese es el ritmo que entrené cientos de veces.
Pero nunca después de 4 horas y media de esfuerzo acumulado.
Nunca.
Acá está la verdad que me quita el sueño:
No sé si mi cuerpo va a poder mantener 6 min/km después de nadar y pedalear.
No sé si en el kilómetro 15 del running mis piernas van a seguir respondiendo o se van a convertir en piedra.
No sé si 27 km/h en la bici fue suficientemente conservador.

Últimas 3 vueltitas para la gloria
 Sé que voy a sufrir.
Eso no me asusta. 
Lo que me asusta:
Kilómetro 10 o 15 del running.
Mi ritmo cae de 6 min/km a 8 min/km.
Mis piernas no responden.
Y descubro que la ecuación del ritmo me pasa la factura.
El ritmo no negocia. La ecuación:
38 min natación + 3h 20min bici + 2h 6min running + transiciones = 6 horas 30 minutos
Pero entre la ecuación en papel y la realidad hay un abismo.
 Hay fatiga acumulada.
Calor.
Deshidratación. 
Hay 6 horas y 30 minutos de aplicar el Principio de Ritmo en tiempo real.
 Segundo a segundo.
Kilómetro a kilómetro.
Decisión tras decisión. 
Esta es la prueba de fuego:
No es solo entender que todo fluye y refluye.
Es aplicarlo cuando otros te pasan a 35 o 40 km/h y vos vas a 27 km/h.
Es aplicarlo cuando tu mente dice "podés más" pero tu estrategia dice "conservá".
Ahí es donde el ritmo se vuelve real.
Ahí es donde 11 meses de entrenamiento mental se convierten en decisiones de segundo a segundo.
Inhalar con paciencia.
Exhalar con confianza.
Y confiar en que el ritmo correcto ahora me dará la fuerza que necesito en los últimos 21 kilómetros.
6 horas y 30 minutos. 390 minutos de respetar el ritmo.
O pagar las consecuencias.
Tu Próximo Ritmo: ¿Estás Inhalando o Exhalando?
Domingo, 6:00 AM, largada del medio ironman.
Y va a haber nervios.
Intensos, pero confiados.
 Entre el miedo y la fe.
Entre la ansiedad de "¿hice suficiente?" y la certeza de "hice todo lo que tenía que hacer".
Entre la persona que necesitaba controlar cada variable y la persona que confía en el ritmo. 
Y ya sé qué va a pasar.
Mi cuerpo solo tiene que fluir con el ritmo que ya creé.
¿En qué fase de tu ritmo estás ahora?
 ¿Estás inhalando (construyendo, acumulando, esforzándote)?
¿Estás exhalando (soltando, confiando, permitiendo)?
¿O estás en la pausa entre ciclos? 
¡Me gustaría saberlo!
Gracias por acompañarme.

Micu (Semana 2497. Viviendo cada una como si fuera la más importante).

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